04 julio, 2016

EL GOBIERNO TRANSNACIONAL DE LOS TRANSGÉNICOS

Ni la industria automotriz, ni la industria petrolera; ni ningún presidente de EE. UU. o  secretario de la ONU lograron jamás lo que la industria transgénica consiguió estos días: reunir a más de 100 premios Nobel e investirlos como abogados de una sola causa: más transgénicos y menos cuestionamientos.

La reciente declaración de estos científicos no parece una acción espontánea, sino un golpe estratégico muy bien planificado. Una evidencia del ingente poder de algunos lobbies que superan la influencia de cualquier gobierno nacional. No es casual la aparición de este documento, en medio de las grandes dificultades que enfrenta Bayer para adquirir Monsanto, debido a la mala reputación y el rechazo social que produce la corporación estadounidense.

La auto sacralización de los científicos y el tono conminatorio de la carta no ayuda a un debate mesurado y consensuado. Aunque es una obviedad, los firmantes también tienen intereses, que van más allá de su altruismo. El principal promotor del documento -el bioquímico inglés Richard Roberts- es un conocido defensor de Monsanto, que acusa a la Unión Europea de poner trabas a los transgénicos por cuestiones políticas, vinculadas al comercio.
En el ya histórico documento se aprieta más la tuerca y se apela al hambre de los niños pobres (argumento que nadie discutirá) para proponer la solución final: los  transgénicos. Olvida mencionar el alegato la equidad económica y el rol de los gobiernos y las empresas en este tema; ignora los efectos en la salud de las personas y el medio ambiente de los organismos genéticamente modificados.

Los debates en los foros de Internet y prensa digital son irreconciliables, pero los argumentos de uno y otro bando parecen enfrascados en llevar el debate al aspecto técnico, como si la salud y la economía ciudadana fuesen temas reservados a genetistas y químicos. El asunto de fondo y mucho más importante en el mercado de transgénicos es el modelo de negocio, que prácticamente deja en manos de una sola corporación el tipo de alimento, el precio a pagar, y hasta el banco de semillas que ha sido patrimonio universal de la humanidad desde hace milenios.

Los monopolios están prohibidos en casi todos los estados, y en la Unión Europea también; incluso han sido demandados y multados… pero por alguna razón la industria de los transgénicos no ha sido aún objeto de este tipo de cuestionamientos. Las objeciones se han limitado a aspectos técnicos de esos productos. Otro tema pendiente, y postergado, es el etiquetado de estos alimentos que hasta la fecha han esquivado las autoridades de los países donde se comercializan estos alimentos.

En el tema de las transgénicos los ciudadanos tienen mucho que decir y las empresas que escuchar. Los gobiernos tienen la obligación de la mayor transparencia posible; de arbitrar un debate menos dogmático y más democrático. Ignorar las opiniones de los distintos grupos de interés no solo es antidemocrático, sino poco inteligente y peligroso para la convivencia social. Las empresas transnacionales deben asumir seriamente su responsabilidad social, o terminarán pagando caro el oscurantismo, como ha ocurrido recientemente con una histórica marca de automóviles, otrora orgullo de una nación.

24 mayo, 2016

LA RUTA NATURAL

“Es un palíndromo”, me explica el ecologista y empresario Alberto Benavides sobre el título de su último libro, que es el mismo de este artículo. “Se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda”. Y esa cualidad sui generis describe muy bien la actual ruta de las energías renovables: se mire por donde se mire solo presenta ventajas, y nada más que  ventajas… para la ciudadanía, claro está. Los únicos opositores; los buscadores de tres pies al gato son algunos representantes de corporaciones eléctricas, petroleras y nucleares.

Por eso es importante recalcar los logros del sector de las renovables; porque a pesar de sus sólidos argumentos técnicos, económicos, sociales y medioambientales: todavía no termina de asentarse. ¿Porque las  trabas en España? ¿Por qué el desdén en Latinoamérica? Tendrían que responder los políticos, cuyos despachos están más accesibles a ciertas transnacionales que a las demandas ciudadanas.

Portugal, ese acogedor país que últimamente es noticia por su endeble economía, ha dado la semana pasada una muestra de orgullo en su quehacer energético: ha abastecido a toda su población –unos 10 millones de habitantes- únicamente con energía proveniente del viento, el agua y el sol durante cuatro días seguidos, según informa la Asociación del Sistema Terrestre Sostenible  (ZERO). Aunque solo fueron 107 horas, es otro hito que hay que celebrar. Portugal, en lo que va del año lleva produciendo el 74,7% de la producción eléctrica con energías renovables, principalmente hídrica (44,1%) y eólica (25,6%), según la Asociación de Energías Renovables (APREN).

El pasado domingo el Solar Impulse II -primer avión  que vuela solo con energía solar- completó la mitad de su vuelta alrededor del mundo en Dayton, Ohio; la ciudad cuna de los hermanos Wright, marcando otro hito de las energías sostenibles. Los responsables del proyecto Solar Impulse escriben en su web al respecto: “un siglo más tarde, otros dos pioneros siguen los pasos (de los Wright), rechazando todos los dogmas sobre volar un avión alrededor del mundo sin una gota de combustible”.

Cuando demandamos una política seria en el sector de las energías renovables no estamos solicitando un cambio en 24 horas. Obviamente tiene que haber una sustitución progresiva y gradual; con un plan integral y consensuado. Pero tiene que empezarse ya. Algunas corporaciones, como es lógico, querrán exprimir hasta el último centavo de las viejas plantas eléctricas basadas en el crudo, carbón, o centrales nucleares… pero al otro lado de la balanza está la salud, la economía y la calidad de vida de las mayorías.

Las energías renovables han probado con éxito su idoneidad; su versatilidad y sobre todo su contribución a la calidad de vida de los ciudadanos. Es importante que los países que aun miran para otro lado se encaminen en la ruta de la sostenibilidad. Que los que ya iniciaron el cambio no retrocedan sus avances. Que los ciudadanos, cuyos gobiernos y empresas lleven un tiempo operando con las renovables, perciban los beneficios de esas tecnologías en hechos concretos, como por ejemplo la reducción de sus facturas mensuales. Resumiendo: no hay que buscarle tres pies al gato de las renovables: hay que ponerle un cascabel. Si los gobiernos no lo hacen ¿quiénes lo harán; quiénes lo haremos? 

17 agosto, 2015

RSE: Preocupaciones Mundiales, Respuestas Locales

Un mantra de la calidad es la obsesión por conocer las necesidades y expectativas del cliente. No parece calar el mismo mantra entre ciertos gestores de RSE con respecto a sus stakeholders. Estos gestores elaboran las respuestas a la ciudadanía, sin considerar a la ciudadanía. Un yerro empresarial similar al político: “para el pueblo, sin el pueblo”. Para algunas empresas plantar flores en un parque público es todo lo que necesitan hacer para contentar a ese complejo stakeholder llamado sociedad.

Conocer al cliente es vital, ya se sabe; pero no solo respecto a las necesidades que demanda del producto o servicio, sino integralmente. Lo que teme, lo que ama. Y conocerlo supone una actualización permanente. Lo que preocupaba a los clientes -a la sociedad- hace una década es muy diferente a lo que les inquieta hoy, y a lo que les afectará mañana. De ahí la importancia de un estudio como el que realiza Pew Research Center. Una consulta sobre las preocupaciones más importantes de las personas, en 40 países del orbe.

La conclusión principal del mencionado estudio (2015), es el cambio climático constituye la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad. Un 46% de la población del mundo están muy preocupados por el desorden ambiental. Y sin embargo no hay evidencia de que las empresas estén asumiendo con seriedad este tema en sus políticas y prácticas. Más allá de ciertas campañas publicitarias las organizaciones no han cogido el toro por las astas. Incluso, como sucede con el sector minero, existe animadversión hacia los sectores ecologistas, tanto en Latinoamérica como Europa.

Por supuesto que también es interesante desglosar las respuestas  y analizar temas más específicos por países. Por ejemplo: es sorpresivo comprobar que, a contracorriente de la tendencia mundial, en España la mayor preocupación sea un grupo terrorista islámico (77%), seguida por la inestabilidad económica mundial (63%). En el Perú el cambio climático sí es la mayor preocupación (75%), seguida por la inestabilidad económica mundial (58%).

El cambio climático es actualmente el gran relegado de las agendas empresariales y gobiernos. En España, quizás porque la situación económica ha rebajado el tema ambiental a otro nivel en la escala de prioridades. En Perú porque los últimos gobiernos, la prensa, y cierto sector empresarial demonizan las preocupaciones relacionadas al medio ambiente. Aun así, por lo que se puede comprobar, los ciudadanos peruanos si lo consideran un tema crucial.

“Los clientes se enamorarán primero de la empresa y luego del producto”. La frase anterior no pertenece a un activista cándido, ni un gurú teórico; se la escuché en Madrid al empresario Javier Goyeneche, nombrado el año 2007 mejor joven empresario del año, y su empresa –ECOALF-  mejor concepto de franquicia en España. Las organizaciones que entiendan mejor a sus clientes, a la sociedad; las que asuman los retos como oportunidades y no como obstáculos; las que den respuestas rápidas y éticas: tomarán la delantera y tendrán el favor de la sociedad para crecer. Estas ideas suenan todavía progresistas, pero tengo la esperanza que en poco tiempo sean obviedades.

24 mayo, 2015

Latinoamérica: nuevos ricos, mismos pobres

El año 2025 Latinoamérica y los países del Sur generarán el 55% del PIB mundial, según las últimas proyecciones del Banco Mundial. Hoy las regiones sureñas ya concentran el 40% de la producción mundial. Este giro histórico implica cambios que ya se han dado, y otros que están siendo postergados. Para analizar el reto se reunieron esta semana en Lima -  convocados por el Banco Mundial- renombrados economistas provenientes de países sudamericanos que han sido elogiados por su desempeño en la última década: Uruguay, Chile y Perú. 

Significativamente el mismo día que estos expertos hacían un ejercicio teórico sobre la economía pujante de sus países, la capital peruana amanecía con dos noticias conflictivas. La primera: una invasión de cientos de “okupas” a una zona arqueológica del Ministerio de Cultura; y la otra una protesta de trabajadores mineros que iniciaban una huelga por mejores condiciones salariales frente al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Más que casualidades: causalidades.

Los contrastes y las inequidades sociales han sido una seña constante de los países sudamericanos desde hace centurias; y sigue siendo el principal lastre del desarrollo económico y social, aunque ciertos analistas se empeñen en mirar a otro lado, o se enreden en cifras macro económicas. La incontestable realidad se impone frente a visiones parciales o interesadas. Pero incluso en el terreno de los números se evidencia esta situación: usando el coeficiente de Gini, o el Índice de Desarrollo Humano (IDH), Latinoamérica queda mal parada, desnivelada.  

A principios de este año la FAO informó que todavía 37 millones de latinoamericanos y caribeños pasan hambre. Por supuesto que esta cifra tiene sus matices y sus grandes diferencias de un país y otro; pero es un reto ineludible que los gobiernos y los líderes empresariales deben asumir, porque antes o después terminará erosionando el equilibrio social. Las grandes capitales latinoamericanas están mejorando su infraestructura y modernizando sus servicios; pero conviven aun con peligrosos niveles de delincuencia e inseguridad. Las zonas rurales siguen postergadas, y en algunas de ellas el narcotráfico se ha enraizado e infiltrado órganos políticos.

Un tema crucial analizado por los expertos del evento en Lima fue el tipo de industria y comercio de la región, que también ha sido abordado anteriormente por Stiglitz o Krugman: la exportación primaria de materias primas. Este referente del crecimiento además de volver vulnerable al país, tiene escaso efecto dinamizador en los negocios intermedios y el reparto de la riqueza.  “Las prioridades de las políticas económicas en la región han evolucionado respondiendo a los cambios globales. Estos cambios han exacerbado ciertas dificultades de larga data en la región, como su dependencia de las materias primas minerales y agrícolas” concluye el informe del Banco Mundial (América Latina y el ascenso del Sur), presentado esta semana como base para la reflexión.

José Pablo Arellano, economista y ex ministro de Educación de Chile que participó en el mencionado evento, informó que Chile está tratando de atraer atención en otros sectores diferentes a la minería y de reinvertir más porcentaje de su PIB. “China invierte cerca al 50% de su PIB, en América Latina el porcentaje es menos de la mitad” reflexionó. Por su parte Mario Bergara, presidente del Banco Central de Uruguay, informó que su país actualmente tiene pleno empleo y casi nula indigencia gracias a medidas planificadas. “Ante malas políticas las cosas no funcionan, tengamos o no recursos naturales”. Al mismo tiempo reconoció que los países que más se han desarrollado son los que tienen menores índices de informalidad y pobreza. Su apuesta a futuro para su país: “capital humano, capital humano, capital humano”. 

Es indudable que América Latina ha progresado económicamente en la última década. Los signos exteriores de riqueza son evidentes, especialmente en las grandes ciudades donde las brechas de pobreza se han reducido; pero estos logros no han sido suficientes, ni han ido de la mano con el nivel alcanzado por sus élites. La región no ha logrado aún la gratuidad ni la calidad necesaria en dos temas centrales para las mayorías: salud y educación. La redistribución de los ingresos sigue siendo el talón de Aquiles y el abono para la inseguridad ciudadana y la corrupción política. Finalmente: compatibilizar los objetivos de la clase empresarial y la ciudadanía sigue siendo una  tarea pendiente y absolutamente impostergable.

15 marzo, 2015

Día Mundial del Consumo Responsable


«Antes que termines tu desayuno de cada mañana ya habrás dependido de más de la mitad del mundo» nos recordó un día el Premio Nobel de la Paz Martín Luther King. Bien se podría decir que al terminar el desayuno más de la mitad de empresas del mundo habrán dependido de uno. Si rastreásemos solo la taza de café o la camisa de cada día, descubriríamos la gran cantidad de empresas y países involucrados. La enorme cadena que ha hecho posible que unas materias primas en Asia, África o América hayan generado tanta actividad económica hasta llegar al hogar. Innumerables intermediarios, transportistas, bancos, agentes mayoristas y minoristas que se mantienen gracias a una acción tan aparentemente simple e insignificante como es la compra diaria.
[…] 
Las organizaciones transnacionales han sido y seguirán siendo útiles motores para la marcha de la sociedad; pero necesitan introducir cambios fundamentales en su gestión, asumir plenamente sus responsabilidades sociales. Necesitan integrar nuevos conceptos de management; sumar a sus trabajadores y compradores como socios, no como números del balance de ganancias y pérdidas. 
[…]
Los ciudadanos nos hemos centrado excesivamente en asuntos domésticos sin entender que nuestra vida personal depende en gran medida de esas organizaciones. Y lo más importante, que éstas dependen integralmente de nosotros. Hemos desatendido el hecho que influenciamos todo el tiempo en el sistema económico-social que amamos, u odiamos. La misión del ciudadano global es tan importante como la del directivo empresarial. RSC son las siglas de Responsabilidad Social Corporativa, pero podrían ser perfectamente las de Responsabilidad Social Ciudadana”. 

*Textos extraídos del libro “LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA. Ciudadanos e ideas que forjan la Responsabilidad Social”. Capitulo introductorio por Rogelio Oré.

08 diciembre, 2014

UN DÍA EN LA COP20

El evento del mes en Lima es la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático: COP20. Lo primero que llama la atención en las actividades públicas organizadas por el gobierno peruano y la ONU es la escasez de asistentes. En algún pabellón hay más voluntarios y hombres de seguridad que visitantes. En cualquier caso, el entusiasmo de algunos voluntarios es loable. Uno de ellos -estudiante de ingeniería ambiental- expresa su desilusión por no tener acceso a los salones donde se discuten los acuerdos, porque se realiza a puertas cerradas en “El Pentagonito” (Cuartel General del Ejército). Pero aclara el joven que igualmente le entusiasma participar en el congreso. 

En un punto del recorrido hay una feria donde nativos selváticos awajún y asháninka venden ornamentos. Viki, una joven awajún que ofrece telas coloridas, me confiesa que no ha vendido mucho; pero espera que conforme pasen los días valga la pena su presencia; que ella en realidad vive en Lima y no en las comunidades de sus ancestros. Me entrega su tarjeta donde figura su email y su web. En otro pabellón, con stands comerciales, encuentro una cafetería con precios muy caros. La vendedora explica que el alquiler del espacio es alto, y su jefe ha dicho que deben recuperar la inversión. Por suerte, al lado hay otro stand donde invitan deliciosas meriendas veganas. 

Finalmente atiendo unas charlas que tratan sobre desarrollo rural y energía renovable. Los ponentes son variados y aportan visiones diferentes; lo que agradezco porque evita el discurso monocorde. Un representante peruano del Ministerio de Energía y Minas explica las políticas gubernamentales sobre los asuntos del día. Su ponencia se centra exclusivamente en la electricidad. Se expresa con sentencias: “Llevamos electricidad porque es llevar el desarrollo”. También repite varias veces que los “proyectos tienen que ser rentables para ser financiados”. Imagino a J. P. Morgan diciendo cosas parecidas a inicios del siglo XX. 

En la mesa redonda participan ONG y entidades académicas. Destacan los pequeños proyectos que usan energía solar. Por ejemplo: plantas lecheras que pasteurizan con paneles solares en Arequipa; café orgánico que se tuesta con hornos solares en Cusco. También resulta interesante la ponencia del ingeniero Miguel Hadzich, profesor de la Universidad Católica (PUCP), que muestra los proyectos que impulsa con sus estudiantes. Es sincero y pragmático: “A veces vemos hornos solares muy bonitos que quedan muy bien en la foto, pero que duran un mes”. Le preocupa que existan proyectos basados en energías renovables de probada efectividad, pero sin el suficiente apoyo para consolidarse. 

No tengo una posición maniquea sobre la COP20. Coincido con algunas periodistas y políticos que afirman que la COP20 resulta algo contradictoria en la actual coyuntura peruana (cuando el gobierno está rebajando las leyes de protección medioambiental). Pero, al mismo tiempo, considero que cualquier esfuerzo para concienciar sobre la gravedad de los problemas ambientales y la implicación de los ciudadanos: sirve. Creo además que hay varios frentes para abordar el tema medioambiental: técnico, legal, político, económico, ético y social. Concentrarse en uno solo de ellos sería como cargar toda la responsabilidad de los problemas únicamente a algunas organizaciones y gobiernos, descuidando el gran impacto que tenemos todos -con nuestros usos, costumbres y consumos- en las soluciones.

19 noviembre, 2014

LAS BUENAS INTENCIONES AMBIENTALES

“Letra muerta” es una metáfora que expresa muy bien los acuerdos incumplidos; los esfuerzos y recursos que agonizan en papeles. La enorme expectativa que genera un pacto cuando se firma se transmuta en decepción, si este se incumple. Por eso entiendo la precaución de la comunidad internacional con el último acuerdo sobre el cambio climático firmado por China y EE.UU en la cumbre Asia-Pacífico, realizada la semana pasada en Pekín.

En la gestión del cambio climático –y del medioambiente en general- los ciudadanos hemos sido testigos de foros ampulosos; de maratónicas negociaciones entre gobiernos. Nos han informado de la actuación de los lobbies y los activistas; de sus enfrentamientos dialécticos, y a veces callejeros. Hemos visto decepciones y aplausos… pero sobre todo hemos asistido al incumplimiento reiterado de los objetivos mínimos fijados por los gobiernos y las corporaciones.

Las excusas para incumplir los pactos son casi siempre las mismas: coyuntura económica;  prioridades en las inversiones; plazos más condescendientes para la adecuación de la industria… etc. Seguramente estos argumentos son certeros, pero tanto como la falta de voluntad política. Aun se sigue enfocando el cuidado del medioambiente como un gasto y no como inversión; como un problema de las regiones más pobres… o como una tarea para las futuras generaciones.

No se puede actuar más como el avestruz ante semejante reto. El problema medioambiental ya no está confinada a la Patagonia argentina o los desiertos del Sáhara. Ya no afecta solo a las mariposas Monarca o los linces Ibéricos. Se ha instalado en todas las regiones del planeta, y afecta a millones de ciudadanos, en grandes ciudades como Pekín, Madrid o  Lima. No es más un problema para el 2050, ni siquiera para el 2030. Es un problema para resolver lo más pronto posible.

Este mes de noviembre un nuevo informe de la ONU, dado a conocer en Copenhague, destacó la clara y creciente influencia del ser humano sobre el cambio climático, y advirtió que de no tomarse medidas: “su impacto será cada vez más grave e irreversible”. También este año la OMS informó que más de la mitad de la población urbana mundial está expuesta a niveles de contaminantes 2,5 veces mayor que los recomendados por ese organismo. Advirtió: “Sus habitantes están expuestas al riesgo de contraer enfermedades respiratorias y otros problemas graves de salud a largo plazo”.


El Perú, el próximo mes de diciembre, será anfitrión de la Vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 20), que constituye actualmente el evento más importante del mundo sobre cambio climático. Esperemos que esta vez los acuerdos que se alcancen, no solo se firmen, no solo se plasmen en sendos documentos y hermosos vídeos, sino que se cumplan y se controlen; que alguna vez los compromisos sean serios y vinculantes… por el bien de todos.

19 octubre, 2014

TERRITORIOS, COMUNIDADES, EMPRESAS, GOBIERNO: ¿CONCILIADOS?

Esta semana asistí en Lima a un foro nacional sobre sobre la nueva legislación que afecta a las zonas rurales del Perú, y los desafíos en este nuevo escenario. El evento resultó muy interesante por muchas razones; especialmente porque evidenció que las normas legales necesitan estos espacios de discusión y consenso, y que no se puede legislar más a espaldas de la ciudadanía. Casi la totalidad de asistentes expresaron valiosos puntos de vista para mejorar no solo leyes, sino prácticas gubernamentales y empresariales. 

El punto de partida del foro fue la Ley Nº 30230 que en el pasado mes de julio aprobó el Congreso de la República, y que tiene entre sus objetivos la promoción y dinamización de la inversión. Según el Instituto del Bien Común –uno de los organizadores del evento- dicha ley “representa la amenaza más grande para las comunidades indígenas y su derecho a la propiedad de sus tierras desde la Constitución de 1920 (…) El gobierno pretende facilitar la presencia de proyectos de inversión desconociendo los derechos y garantías establecidas en la legislación nacional e internacional”. 

Los representantes de los ministerios públicos negaron que esta ley esté orientada a las comunidades nativas campesinas e intentaron tranquilizar a sus representantes y las ONG’s que cuestionan la norma. Pero, al parecer, no lograron su objetivo. Al final del evento los participantes seguían expresando dudas y temores ante esa ley. Es más, muchos dirigentes comunales manifestaron que las nuevas medidas propiciaban un clima de conflictos, más que entendimientos. 

La congresista Verónica Mendoza, que intervino como panelista, criticó el estilo centralista del gobierno para tomar decisiones al margen de las organizaciones sociales, y su amparo a la “extracción indiscriminada de materias primas”. En referencia a la ley 30230, fue más allá del asunto técnico y replanteó el enfoque con una pregunta: "¿Es un problema legal, o es un problema político?" Remarcó las dificultades de las comunidades indígenas para regularizar la propiedad de sus tierras; y cómo, en contraste, algunas corporaciones obtienen rápidamente decretos a medida. Finalmente expresó que, aunque tiene dificultades para llevar adelante sus iniciativas, persistirá en su labor porque considera importante que el debate de estos temas se mantenga vigente. 

Coincido con los planteamientos de la congresista, especialmente con el último. La trascendencia de esta problemática en las agendas de la prensa y la ciudadanía es insuficiente. Solo se le presta atención cuando un suceso grave ocurre. Estos asuntos no deben ser observados como ajenos; como un "lío" entre comunidades y empresas… nos conciernen a todos. Por eso en aquel foro –donde había técnicos entendidos y comprometidos- extrañé la presencia de más organizaciones de la sociedad civil, de medios de comunicación masivos. 

El foro también hubiera ganado con la presencia de representantes de empresas. El diálogo -aunque a algunos líderes les parezca irrelevante- es una eficaz herramienta con muchas ventajas para todas las partes. Ya se ha demostrado que es perfectamente posible sentar en una misma mesa a organizaciones campesinas y empresariales; incluso cuando las posiciones son contrarias, o cuando se abordan temas claves como los derechos humanos. Ya ocurrió en un evento realizado el pasado mes de marzo en Lima, cuando representantes del gremio minero y dirigentes comunales pudieron dialogar y avanzar vías de entendimiento tomando como referencia los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos; en paralelo a los procesos legales. 

Coincidentemente, esta semana la primera vicepresidenta del Perú, Marisol Espinoza, reconoció durante un evento realizado en la ciudad de Madrid: “Hemos vivido de espaldas a las comunidades indígenas (…) Es necesario darles herramientas para superar la pobreza”. También destacó el papel de estos pueblos como “guardianes de la biodiversidad”. Al menos un gesto sincero de reconocimiento de la situación; un buen punto de partida para la mejora. Falsear la realidad solo contribuye a exacerbar los sentimientos grupales. Esperemos que el gobierno; gremios empresariales y comunidades rurales encuentren puntos de concordia y puedan conciliar sus intereses en un esquema de desarrollo sostenible.

12 octubre, 2014

ROBA, PERO HACE OBRA

Es la frase que ha generado un gran revuelo en Perú durante las últimas semanas; debates en los diarios y las redes sociales. Aunque no es una etiqueta nueva –desde hace años se asocia a ciertos políticos- esta vez incluso el presidente Humala ha condenado explícitamente estas prácticas ilegales.

El pasado domingo 05 fue elegido alcalde de Lima Luis Castañeda. Un político cuestionado porque en su anterior gestión 21 millones de soles (€ 5,7 mill. de euros) fueron birlados a las arcas del municipio en el denominado “Caso Comunicore”. Sin embargo el 50,7% de los votantes lo eligió nuevamente como alcalde de la ciudad. En otras regiones candidatos vinculados al narcotráfico o las mafias han sido elegidos.

Al margen de las consideraciones económicas o culturales que expliquen los triunfos y fracasos electorales, es muy grave esta “legalización” de una práctica que consiste en pisotear la ética y la ley, pero hacer obras que contenten a los votantes. Con sus votos, un sector de la ciudadanía parece justificar el robo por una “buena causa”; apañar comportamientos que desprecian los valores cívicos.

En este contexto es legítimo preguntar: ¿A qué precio el Perú está creciendo económicamente? ¿Cuál es el límite para decir basta? ¿Hasta cuándo los líderes institucionales mirarán para otro lado? ¿Por qué hay gente que vota a estos candidatos sin el menor remordimiento? ¿Por qué luego esos votantes se consideran víctimas, cuando son en gran medida cómplices?

Las sociedades más progresistas no son bipolares. Lima -que contiene a un tercio de la población peruana- es una ciudad con atractivos. Su pujante mercado laboral; el auge de la gastronomía; su mar; el remozado aeropuerto internacional... Pero Lima es al mismo tiempo una ciudad atemorizada por los robos y la corrupción; que convive con vigilantes privados, con parques enrejados y cercos electrificados.

Hace falta una estrategia nacional de desarrollo armónico que compatibilice el crecimiento económico con el fortalecimiento de valores; políticas que convenzan a los ciudadanos que los principios éticos no son letra muerta. En resumen: que no hace falta vender el alma al diablo para progresar.

05 agosto, 2014

Del oro al sol: el reto peruano

En el Perú se ha instalado un pensamiento dictador: el crecimiento económico. No se le puede cuestionar, y nada ni nadie debe oponérsele. Como si acumular riqueza arreglara automáticamente los grandes problemas nacionales. Incrementar las arcas del estado siempre es un objetivo deseable. Pero lo más importante es saber que hacer con esos recursos. Con todo, el discurso triunfalista campea no solo en los despachos del gobierno, sino en un amplio sector del periodismo y la ciudadanía; que confiada en el tiempo de las vacas gordas ha incrementado sus compras, y de paso sus deudas. 

Existe una base real que avala este optimismo generalizado. Los indicadores macroeconómicos del último quinquenio marchan bien, y se han dado ciertos incrementos salariales de los sectores público y privado. Pero los puntos oscuros aparecen cuando analizamos dos aspectos claves: ¿a que se destinan, y de donde vienen esos recursos? Porque los grandes asuntos pendientes, y que más afectan a las mayorías, siguen siendo los más básicos: educación, salud, seguridad. 

Al convertir el crecimiento económico en un tótem intocable, la más leve ventisca sirve para encender todas las alarmas. El pasado mes de julio y a raíz de una leve desaceleración de la economía, el tótem dictador ha derribado a cuatro ministros del gobierno; ha rebajado varias normas de protección medioambiental y laboral, y ha generado otras disposiciones con el objetivo de no frenar el ritmo galopante de las grandes corporaciones, especialmente mineras.

En el tradicional discurso a la nación del 28 de julio, el presidente Humala anunció medidas destinadas a enmendar falencias del modelo económico-social, destacando un aumento del 0,5% en el presupuesto anual del sector educación, y algunos programas novedosos en el sector salud. Pero, la mayoría de las nuevas disposiciones siguen estimulando el crecimiento basado en un modelo exportador de materias primas; un esquema que necesita un viraje urgente para enfrentar los nuevos desafíos del mercado global. 

El cambio de modelo es recomendado también  por  expertos internacionales como Paul Krugman. “Un exportador de materias primas como el Perú está más expuesto que otros países, como Estados Unidos o México, para afrontar problemas en China” advirtió hace unos meses.(1) También organismos multilaterales como la CEPAL han opinado respecto al Perú y Latinoamérica. “No se tomaron medidas para fomentar la diversificación de la estructura productiva y un cambio estructural hacia actividades de mayor productividad” opinó Alicia Barcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2)

El Perú necesita comenzar ya un modelo de crecimiento sostenible y fortalecer sus sectores productivos con valor agregado, que lo haga menos vulnerable a los vaivenes de los precios de los minerales, o las necesidades de cuatro compradores. No hay que olvidar que el PIB de la última década ha crecido a un impresionante promedio de 6,5% anual, en buena parte gracias a las ventas de productos mineros que en 2013 fueron el 56.8% de las exportaciones peruanas, y del petróleo y sus derivados (12.3%), según datos del BCRP y Proinversión.

Los antiguos gobernantes incas lo tenían claro; el motor económico de su sociedad era el sol, y el oro tan solo reflejaba la energía del astro. Los actuales líderes del gobierno se sitúan en el pensamiento opuesto; confían en el oro como motor de la economía y al sol le han asignado un papel secundario; desperdiciando el enorme potencial de la economía “verde”, que abarca desde el sector energético hasta el turístico. Curiosamente la unidad monetaria peruana es el sol... solo haría falta seguir este símbolo. Recuérdese: “no se puede tapar el sol con un dedo”, aunque esté cubierto de oro.


(1) Publicado en el diario El Comercio. 19.03.2014.
(2) Entrevista en el diario La República. 04.05.2014.

21 mayo, 2014

MENOS PIB Y MÁS FELICIDAD

El bienestar de los habitantes de un país no puede medirse más por su renta per cápita en función al PIB; es un indicador desfasado, y como todo promedio: engañoso. No puede considerarse adecuado un indicador donde Catar y Brunéi aparecen por encima de Suiza y Alemania. Por donde se mire es inapropiado. ¿De qué le sirve a un ciudadano común de São Paulo el PIB de Brasil, si su sueldo mensual no le alcanza para pagar sus facturas? ¿De que le sirve al ciudadano medio de Lima que crezcan las Reservas Internacionales del Perú -otro dato “macro” muy usado- si para tener atención médica en un hospital público tiene que soportar maltratos o sortear alguna huelga?

Medir la calidad de vida de los ciudadanos va más allá de lo económico; abarca otros aspectos integrales, de manera que se apunten a objetivos óptimos y no a los mínimos. Una herramienta que se enmarca en ese nuevo enfoque es la Felicidad Nacional Bruta (FNB), que se ha desarrollado en la pequeña nación asiática: Bután. En 2007 fue la segunda economía que más rápido creció a nivel global. En su sistema sanitario los ciudadanos pueden elegir entre la medicina tradicional y occidental. La educación es totalmente gratuita. El país aspira a convertirse en la primera nación con agricultura orgánica. Y a diferencia de otros países la democracia no llegó por presión ciudadana: fue el rey quien la introdujo. El artículo 9.2 de su constitución establece: "El Estado se esforzará en promover las condiciones que permitan la consecución de la Felicidad Nacional Bruta".

Bután esta actualmente intercambiando experiencias con Ecuador, México y Bolivia. En un encuentro realizado a principios de este mes en La Paz, la representante de Bután, Tshoki Zangmo afirmó: «La felicidad de los habitantes es el valor supremo constitucional de Bután [...] El índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB) es más importante que el PIB, porque si el Gobierno no puede crear felicidad, no tiene ningún propósito». El representante del Banco Mundial en Bolivia, Faris Hadad-Zervos, que participó en dicho encuentro afirmó: «Experiencias en todo el mundo muestran que el aumento del PBI es necesario para el desarrollo económico pero es insuficiente. Se necesitan otras variables como las culturales, las de auto realización, de equidad y de oportunidad».

Aunque son estadistas de países del Sur los que están considerando más en serio nuevas metodologías de medición del progreso, no son los únicos. Existen políticos europeos que han aportado su punto de vista. A David Cameron se le atribuyen estas palabras: «Ha llegado la hora de que admitamos que hay más cosas en la vida que el dinero y ha llegado la hora de que nos centremos no solo en el PIB, sino en una felicidad general». También se han sumado al debate premios Nobel como Joseph E. Stiglitz y Amartya Sen, o incluso un economista como Jeffrey Sachs; de enfoques distintos a los dos anteriores. Sach, que en 2011 participó en un encuentro en Bután, afirmó: «Sin duda, deberíamos respaldar el crecimiento económico y el desarrollo, pero solo en un contexto más amplio que promueva la sostenibilidad ambiental y los valores de la compasión y la honestidad que se necesitan para generar confianza social. La búsqueda de la felicidad no debería estar confinada a Bután». (El País, 04.09.2011).

Es tiempo de tomar en serio las nuevas demandas ciudadanas. Ya no sirve la política del “pan y circo” y para muestra Brasil; donde un mundial de fútbol, que antes hubiera sido avalado por unanimidad, hoy es cuestionado seriamente. Es hora de elevar los objetivos sociales centrados en los bienes por otros que promuevan una vida más digna, basada en valores éticos y no monetarios. Gobiernos, empresas y ciudadanos estamos frente a una gran oportunidad para asumir de una buena vez el reto de vivir mejor, sin complejos y sin postergaciones.

28 abril, 2014

Benditos stakeholders: el caso MRW

¿Ahora no basta la calidad? ¿También hay que atender a las ONG’s, asociaciones de vecinos, redes sociales, códigos éticos, etcétera? A veces me encuentro con esta inquietud entre algunos gerentes, y hasta un punto los entiendo. Los cambios vertiginosos en la dinámica social no son fáciles de asimilar... Pero no hay alternativa. La respuesta es sí, no basta, hay que ir a más.

La industria y los servicios siempre han ido un paso por delante de los consumidores. Por primera vez estamos observado que determinados ciudadanos y gobiernos llevan la iniciativa. Si antes los compradores reclamaban solo cuando se sentían engañados, ahora van más allá del producto; valoran el comportamiento de la empresa. No hay mayor misterio para entender lo que en teoría de la RSC se conoce como stakeholder. Un tecnicismo para referirnos a cada una de las partes interesadas en la marcha de la compañía, incluyendo los nuevos actores sociales.

Hace treinta años Edward Freeman –profesor de management- consolidó el término “stakeholder” en su libro Strategic Management: A Stakeholder Approach (1984). Como todo nuevo concepto ha ido evolucionando y el propio Freeman lo ha complementado junto a otros especialistas. Hoy en día los stakeholders constituyen los impulsores del cambio en las organizaciones; los referentes centrales de la RSC.

Una de las empresas que asume estos retos con naturalidad e inteligencia es la española MRW. La corporación dedicada al transporte ha sabido transformar las dificultades en oportunidades; las nuevas demandas sociales en motores del cambio, sin que esto signifique desatender el beneficio económico. Se ha consolidado como una exitosa transnacional que se reinventa cada año y logra crecer, gestionando bien a los stakeholders. MRW se fundó en 1977 como una pequeña empresa de mensajeros y en la actualidad es el mayor grupo del transporte urgente en España, con más de 1.300 franquicias, 2.300 vehículos y 8 aviones. Factura más de € 500 millones al año y cuenta con varios reconocimientos a  gestión. Desde 1993 destina más del 1,5% de su facturación bruta anual a proyectos sociales.

La primera vez que me acerqué a MRW fue hacia junio del 2002. En aquella ocasión visité su sede central de Barcelona para conocer a la que era una de las primeras empresas españolas certificadas con la norma SA 8000. Fue una grata experiencia. Estoy acostumbrado a que los gerentes de Relaciones Externas o Imagen Corporativa muestren siempre la “cara buena” de su compañía, pero aquella vez fue diferente; percibí coherencia y transparencia. Mientras recorría la empresa pude comprobar que algunas de sus políticas sociales que decían tener: existían, no eran simples declaraciones. Aquella empresa practicaba lo que decía y solo por eso ya era ejemplar.

Que no se crea que les ha sido fácil. La empresa ha tenido serios traspiés que superar, el mayor de ellos sucedió en 1991, cuando llegaron a España competidores estadounidenses y su volumen de negocio empezó a caer. Su entonces director, Francisco Martín Frías, tomó una decisión estratégica. En vez de hundirse por el ahogo dio un golpe de timón y propuso la transformación de las agencias propias en franquicias. Un cambio total de paradigma; incentivaron la creación de unas 400 empresas. De un día para otro los trabajadores se convirtieron en empresarios. Un éxito un rotundo. 

Cómo empezaron a interesarse en temas sociales lo cuenta el referido director en su libro El primer café de la mañana: «En 1993 el sector de los transportes en España se encontraba en plena convulsión debido a los efectos de la caída de las barreras aduaneras y toda una serie de otras circunstancias. Nos pareció el momento adecuado para impulsar una agresiva política de comunicación por medio de una campaña de publicidad en TVE con el actor Anthony Quinn. No tuvimos que esperar al final de la campaña para comprender que ése no era el camino adecuado [...] Y aún estábamos meditando hacia dónde dirigir nuestra política de comunicación cuando llegó una invitación de la Asociación de Deportistas contra la Droga para que MRW patrocinase una serie de encuentros en diversas ciudades. Casi de inmediato pudimos percibir la positiva recepción que mereció por parte del público esa nueva iniciativa. No sólo estábamos contribuyendo a una obra social necesaria sino que, como resultado de ello, la empresa generó un movimiento generalizado de simpatía».

El mismo directivo lanza ahora esta pregunta: «Piensen un momento en cómo se comunican con sus grupos de interés. ¿Les prestan la suficiente atención? ¿Tienen en cuenta sus propuestas, sus dudas, sus reclamaciones o discrepancias?» Veamos algo de lo que hace MRW al respecto.

SOCIOS: MRW concede a sus accionistas una posición central. Parte de la premisa de que la primera responsabilidad de la empresa es la sostenibilidad económica, teniendo como segunda etapa consolidar sus relaciones sociales. En palabras de su fundador: «Una vez conseguido este objetivo [económico] nos habremos ganado la confianza de los accionistas y podremos entonces plantearnos el siguiente reto. Es decir, habrá llegado el momento de compartir una visión de la empresa como un ente que no sólo permanece en constante relación con diversos grupos de interés, sino que debe conjuntamente con ellos procurar un desarrollo social. Será necesario que los accionistas estén de acuerdo en perseguir aquellos objetivos en los que prime la ética y el bienestar social, y por el contrario: descartar aquellas opciones que los alejen de estas consideraciones».

CLIENTES: MRW asume como absolutamente necesario para la rentabilidad de la empresa desarrollar una actitud orientada a entender y cubrir las necesidades de sus clientes. El segundo paso tiene que ver con un reto: «Hoy en día nuestros consumidores nos solicitan también que, como fuentes sostenibles, procuremos actuar éticamente en la prestación de nuestros servicios o productos, en concordancia con nuestro nuevo rol de agentes de cambio social [...] Es importante para el desarrollo futuro de nuestra empresa no obviar este cambio en el gusto y las expectativas de nuestros clientes». 

PROVEEDORES: «Para ser creíbles a ojos de nuestros proveedores les solicitamos que sean parte estratégica en nuestro concepto de desarrollo de negocio, les exigimos que cumplan con la legislación vigente en cuanto a las normas medioambientales, la legalidad de sus relaciones laborales y la prevención de riesgos. No obstante deberemos también comprometernos con nuestros proveedores a no demorar los pagos, no presionar la negociación de la compra de sus servicios o productos por debajo de su precio de coste para evitar con ello llevarlos irremediablemente a la asfixia empresarial» afirma Francisco Martín Frías.

EMPLEADOS: Todos los empleados de la sede principal de MRW tienen acceso a una biblioteca, sala de ocio, sala de Internet; un solárium y un gimnasio. El fundador expresa así su idea sobre el personal de su empresa: «Las expectativas de los trabajadores han ido modificándose a lo largo del tiempo, extendiéndose más allá del deseo de obtener un puesto de trabajo y mantener su continuidad en el mismo. Los empleados también se preocupan por las condiciones en las que prestan sus servicios, la no discriminación, la conciliación de su vida laboral y personal, la tipología de los contratos, los objetivos sociales de la empresa y un largo etcétera. Si se les ofrece lo anterior, los trabajadores estarán dispuestos a ofrecernos su lealtad y sus esfuerzos; y también se erigirán en nuestros mejores portavoces en todos los ámbitos en los que se relacionen».

SOCIEDAD: Es quizás su punto más fuerte. MRW ha desarrollado una serie de productos y programas destinado a diferentes sectores de la sociedad. «Si la sociedad padece problemas endémicos, está enferma económicamente y no puede satisfacer los intereses de sus integrantes, inevitablemente la empresa se verá perjudicada» razona el fundador de la corporación. «Será también necesario que publiquemos memorias sociales y medioambientales que recojan y cuantifiquen todas las acciones que hemos realizado en el marco de nuestro compromiso social. Pero no para justificar, sino para crear un histórico. En esta línea informativa de transparencia será necesaria la publicación voluntaria de la triple cuenta de resultados con o sin certificación externa» explica finalmente el director. 

Algunos datos de la acción social de MRW:

  • Aproximadamente el 10% de trabajadores de MRW tiene discapacidad. 
  • Mantiene convenios con más de 8.000 ONG’s a las que hace descuentos significativos en sus envíos. El año 2012 esos descuentos ascendieron a € 6.825.212 euros.
  • La empresa colabora con universidades y escuelas de negocios para explicar su  gestión. También participa en eventos donde se aborda la Responsabilidad Social. Solo el año 2010 dictaron un total de 119 conferencias.
  • El 2012 invirtió € 958.143 para que las personas con alguna discapacidad puedan emitir o recibir un envío gratuito al mes.
  • Destinó € 811.744  (2012) para que las familias numerosas españolas puedan realizar un envío gratuito al mes.


El aikido es un arte marcial japonés que enfrenta al oponente evitando la lucha y lo derrota sin dañarlo, usando las fuerzas contrarias a favor de uno. ¿Cuánto ganarían algunas empresas aplicando solo esta idea? ¿Si en vez de resistirse al cambio, de retrasar demandas sociales... usasen esa presión externa como motor de la mejora? Hay mucho que aprender de MRW que se ha graduado como un maestro del aikido, y por supuesto como ejemplo de la RSC aplicada. Ha usado los problemas y las dificultades para dar saltos. Ha enfocado las demandas de los stakeholders como un motivador... y le ha ido muy bien.

05 marzo, 2014

Empresas y Derechos Humanos: cuando los acuerdos son posibles

ONG’s, gobiernos, empresas y... Derechos Humanos; hasta hace poco parecían cuatro esquinas de una mesa con tres patas. Las reticencias de uno y otro sector; los intereses contrapuestos y los líderes gremiales llevaron en muchos casos a conflictos sociales y legales con resultados insatisfactorios para todas las partes. Esta situación está cambiando y ahora existen iniciativas y estándares que intentan armonizar los intereses de todos los grupos en base a objetivos comunes. Las negociaciones no son fáciles, pero se demuestra que los acuerdos sobre la mesa son posibles.

Los denominados Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos -basados en la Carta Internacional de DDHH y en principios de la OIT- constituyen un estándar fiable para evaluar, gestionar y legislar la actuación de las corporaciones en esta materia. Este marco regulatorio de carácter universal es el más completo hasta la fecha y abarca a todos los estados y empresas, independientemente de su tamaño, sector, ubicación o propiedad.

La semana pasada en un foro sobre Empresas y Derechos Humanos organizado por Socios-Perú en la ciudad de Lima, pudimos conocer los avances en la implementación de los Principios Rectores de la mano de Alexandra Guáqueta, Presidenta del Grupo de Trabajo sobre Empresas y DDHH de la ONU. El evento logró reunir en una sala, además de los expertos de Naciones Unidas, a empresas financieras y mineras, ONG’s, embajadores de países europeos y expertos con buena disposición al diálogo y el consenso. Un evento donde se podía aprender, enseñar y discrepar sin que ello signifique quebrar el clima de cordialidad.

El foro también fue una muestra inequívoca que se avanza no solo en aspectos técnicos y legales; sino también en otros no menos importantes como la actitud y la disposición a los proyectos conjuntos. El encuentro demostró que los consensos no están hechos solo de cifras y números; de intereses y transacciones; sino de componentes sociales más sutiles como un clima de confianza que a veces se descuida, enfrascados los gremios en defender posiciones a ultranza, cual generales y ejércitos dispuestos al combate.

Lo que sí extrañé en estos diálogos –y lo mencioné públicamente- es la escasa importancia otorgada a la participación de la sociedad civil en el tema, cuando debiera ser el principal socio y fiscalizador de estos avances. Algunos ciudadanos y activistas están demostrando su implicación social al margen de las tradicionales organizaciones que solían representarlos. Entienden que las consecuencias de los problemas sociales atañen a todos, y las responsabilidades también. El ciudadano global es un actor clave que explica los actuales cambios económicos, políticos y culturales en la cambiante dinámica de la sociedades.

En el Perú actual, con innegables avances económicos, los retos en materia de Derechos Humanos y de los llamados DESC (Derechos Económicos Sociales y Culturales) son todavía importantes; igual que en toda América Latina, donde persisten los problemas de inequidad a pesar de las mareantes cifras de crecimiento y PBI. Es probablemente el gran reto latinoamericano: lograr que los beneficios alcancen a las mayorías, y que los indicadores de la calidad de vida no se basen en mínimos, sino en metas loables. La forma en que las empresas y los gobiernos asuman este reto determinará el rumbo de la sociedad, que finalmente será el de todos los sectores.

16 enero, 2014

SOSTENER LAS SOSTENIBLES

La energía eólica ha sido la mayor fuente de electricidad durante todo un año para una nación. Y se ha logrado en España, el 2013. Un hito histórico y mundial; una noticia trascendental que no ha merecido la suficiente atención de la prensa local e internacional. Según datos de Red Eléctrica de España la eólica ha suministrado el 20,9% de la demanda eléctrica total, superando a la nuclear (20,8%). Los que sí han destacado este hecho han sido los directivos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Los detractores de las energías renovables –básicamente lobbies que defienden intereses de algunas transnacionales nucleares y petroleras- deben estar preocupados por este avance. Los datos contundentes que cada año nos traen las energías “verdes” confirman su innegable capacidad para generar electricidad más barata y segura. Ya Thomas Becker -consejero delegado de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA)- advirtió a mediados del año pasado: “La industria eólica es casi tan competitiva como la convencional. Le está arrebatando cuota de mercado a los combustibles fósiles”.

La excelente noticia parece un gancho al mentón de las diez mayores empresas energéticas europeas -entre ellos Iberdrola y Gas Natural Fenosa de España- que en octubre pasado se quejaron al gobierno europeo de  Bruselas: “El aumento de la producción de renovables está actualmente expulsando del mercado otras tecnologías” lamentó Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa. Y el presidente de la empresa GDF-Suez, Gérard Mestrallet, se atrevió a solicitar: “pedimos incluso detener o reducir dramáticamente los subsidios a las renovables”.

Las afirmaciones de las diez corporaciones son totalmente opuestas a las de Thomas Becker (EWEA): “La Agencia Internacional de la Energía tiene cifras que dicen que las energías fósil y nuclear reciben hasta seis veces más ayudas que las renovables en forma de rebajas fiscales e incentivos. Además, están los gastos que no se incluyen en la factura, como el daño al medio ambiente”. En la misma línea la AEE, donde paradójicamente también participa Iberdrola, opina que el sector eólico está sumamente perjudicado frente a las otras energías. “¿Cómo se explica que el sector eólico, primera fuente de energía autóctona de España, y que aporta el 20% de nuestra electricidad sea el más perjudicado? se preguntó López-Tafall, presidente de AEE.

Entendemos que las corporaciones que protestaron por el apoyo a las energías renovables se vean amenazadas y quieran explotar al máximo sus antiguas infraestructuras y su capacidad instalada. Legalmente tienen derecho a intentarlo. Pero el coste económico y social está resultando demasiado alto. En el camino están perjudicando la economía de millones de hogares; contaminando y degradando el medioambiente. Por el contrario, y según la AEE, la energía eólica cubre las necesidades de electricidad de 10 millones de familias españolas. “Cada Kwh. producido con energía eólica tiene 21 veces menos impacto medioambiental que el producido por el petróleo, 10 veces menos que el de la energía nuclear y 5 veces menos que el gas”.

Y por si fueran pocas las razones para apoyar a las renovables, se da el caso que en España las empresas de energía no están cumpliendo un rol social, todo lo contrario. Solo el 2013 subieron las facturas cerca al 4%; pero ya entre el año 2006 y el 2011 las tarifas eléctricas se habían incrementado cerca al 70%, la subida más alta de la Unión Europea. El actual ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, admite la incapacidad del gobierno para enfrentarse a esta situación: “Las empresas que actúan, los operadores, suelen ser juez y parte... El sector de la energía eléctrica es, si me permiten la expresión, endiabladamente complicado por una superposición de normativas de todos los Gobiernos”.

Thomas Becker de la EWEA opina: “España era un país que antes dependía mucho de las importaciones energéticas y su gobierno tomó la decisión de romper con esas dependencias a través de las energías renovables. Y ha sido un éxito espectacular... Y por eso es extraño ver cómo el actual Gobierno, por razones ideológicas, intenta acabar con ese proyecto, es incomprensible". De acuerdo: los cambios deben ser progresivos, mediante mecanismos de transición. De acuerdo: debe existir una coordinación con todos los sectores involucrados. Pero, lo que no se debe hacer es retroceder los avances realizados, arrinconar a las energías renovables y favorecer a las que ya están en período de obsolescencia.

07 diciembre, 2013

El informe de RSC: “Que nos sea útil, por Dios bendito”

“Que nos sea útil por Dios bendito” pidió, entre el reclamo y la súplica, Tomas Conde a Nelmara Arbex en la presentación de la GRI-G4 el pasado 19 de noviembre en Madrid. Conde es Director de Sostenibilidad del BBVA, y Arbex representante de Global Reporting Initiative (GRI). El pedido ilustra muy bien el talón de Aquiles de muchas memorias: muy extensas, algo elitistas y en ocasiones farragosas. Documentos poco vistos o reconocidos por su público objetivo: la ciudadanía.

El reclamo de empresas como BBVA, ONCE y Ferrovial en el mencionado evento parecía unánime exhortando a GRI a compatibilizar los informes de RSC con los financieros y ambientales; a simplificar la metodología en general. Arbex por su parte, parecía coincidir con esta postura: “queremos que las memorias de 300 páginas se transformen en una herramienta simple y sencilla” dijo la representante de GRI. Agregó que la nueva versión (G4) de la Guía GRI se centra en lo importante, en medir lo relevante. Incluso retó al auditorio con esta frase: “A mí personalmente no me gustan las memorias, me gustan los procesos que se inician con las memorias”.

La Guía GRI -cuya primera versión fue lanzada en 1999- es el modelo de reporte más usado y extendido a nivel mundial, aunque no lleve las siglas RSC, sino que se autodefina como una organización cuyo fin es impulsar “la elaboración de memorias de sostenibilidad”, en la práctica se puede asumir que GRI se orienta principalmente a los reportes de RSC. A la fecha GRI cuenta con una base de datos de más de 5.700 organizaciones y más de 14.700 Informes elaborados en base a su metodología. La Versión G4 que se lanza este fin de año se esperaba como agua de mayo por los departamentos responsables de elaborar los reportes.

Las memorias -informes o reportes- de Responsabilidad Social Corporativa ya se han consolidado en las agendas de las grandes empresas a escala mundial. Un estudio realizado por la consultora KPMG el año 2011 reveló que el 95 % de las 250 empresas más grandes del mundo informan de su desempeño en sostenibilidad, y de estas: un 80 % lo hacen mediante la Guía GRI. Aunque la trayectoria de los informes de RSC a nivel mundial  es relativamente corta -abarca alrededor de una década- constituye ya un período razonable para plantear evaluaciones y mejoras.

“Los informes deberían ser hechos para que los entienda mi madre que tiene  91 años” pidió en otro momento Tomás Conde, graficando otra vez un deseo generalizado por casi todos los stakeholders: que los informes deben ser rigurosos y precisos, pero sobre todo: útiles y comprensibles; accesibles a un amplio público. Finalmente no se trata de concesiones, sino de una herramienta útil para cualquier organización. El representante del BBVA lo reconoció de esta manera: “Al principio eran simples inventarios, ahora son herramientas para la gestión”.

16 noviembre, 2013

LA CALIDAD, SIEMPRE

En estos años hiper tecnológicos, cuando se asume que la calidad es un componente implícito en los productos; o cuando la escasez de recursos focaliza la atención de los compradores en el precio... los profesionales de la calidad en todo el mundo escogen un día para recordar que la calidad ha sido, sigue, y seguirá siendo un componente vital de todo producto o servicio; consecuentemente de cualquier organización.

El pasado 14 de noviembre, la Asociación Española para la Calidad (AEC) apoyada  por el Ministerio de Industria Energía y Turismo (MIET), celebró en Madrid el Día Mundial de la Calidad, que anualmente se realiza el segundo jueves de noviembre. El World Quality Day fue introducido por Naciones Unidas en 1990 para concienciar sobre la contribución que la calidad hace al crecimiento y la prosperidad de las organizaciones y naciones.

El evento también fue una oportunidad para el balance; para el recuerdo. Antonio Muñoz (Directivo del MIET), emocionado ante un auditorio rebosante, recordó que unas décadas atrás «íbamos por España como un grupo de teatro con su carromato, llevando el estandarte de la calidad [...] En algunas conferencias a veces los ponentes superaban a los asistentes. Recuerdo alguna donde habían seis ponentes y cuatro asistentes; nos fuimos todos a un bar a tomar café y charlar de calidad [...]. En el año 92 había 62 empresas con certificados ISO 9000; ahora hay más de 60.000».

Beatriz Rivera, Directora de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), reivindicó la faceta estratégica de su institución: «Somos un aliado para las empresas españolas en la colocación de sus productos en el mercado internacional. Si hay problemas para alguna de ellas, cojo el teléfono y llamo a mi contraparte, sea chino, chileno o sudafricano». El Director de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), Avelino Brito, mostró orgullo por sus números: más de 30.000 normas editadas en Español. Fernando Ferrer, Director del Centro Español de Metrología (CEM), se quejó de un grueso recorte en sus presupuestos, lo que a su entender mermará en los próximos años la capacidad española en la calibración y el  mantenimiento.

Finalmente, tuve la suerte de reencontrarme con Miguel Udaondo, docente, escritor, y experto en calidad. Uno de los pioneros en centrar el TQM en las personas y no en los procesos. Recuerdo cuando nos transmitía que la calidad no era aquel concepto frío y maniqueo que divide el mundo entre lo bueno y lo malo; sino una idea en constante evolución y asociada incluso con el humor. Que no era una disciplina cerrada y limitada, sino que abarcaba a pensadores tan heterodoxos como Anthony de Mello, Edward de Bono o el mismísimo Lao-Tsé.
 .

12 noviembre, 2013

Cuando la publicidad es asunto de la RSC

Aprecio el márketing y los entresijos de esta disciplina. Tengo amigos publicistas y vendedores, y pienso que la función comercial es una de las más difíciles de la empresa. Expongo este preámbulo porque voy a referirme a un artículo que escribí hace dos semanas –Cuando la RSC es asunto del publicista- y donde una lectura sesgada podría sugerir que estaba restando valor a la función comercial. Nada más lejos de lo que creo, o de lo que debe ser.

«Cuando los chicos de ventas dirigen la compañía, la gente que trabaja en los productos pierde importancia», le dijo una vez Steve Jobs al escritor Walter Isaacson. Estoy seguro que no tenía un asunto personal con los hombres de ventas, ya que él mismo fue un gran vendedor. Presumo que Jobs quería decir que las ventas son una tarea vital, pero ni más ni menos que otras. Múltiples testimonios y estudios coinciden en que la función comercial fue clave en todas sus empresas, y especialmente en la más emblemática: Apple.

Lo que debe quedar claro y lo que sostengo son tres puntos clave. El primero: no se debe vender algo que no se tiene, no solo por motivos éticos y legales, sino porque la decepción del comprador puede ser el peor de los boomerangs. El segundo: no puede ser más importante la envoltura que el regalo; sin que esto signifique restar importancia a la envoltura; ya se sabe que todo entra por los ojos. Y el tercero: la función del márketing debe ser el espejo de la filosofía de la empresa, no su disfraz. 

La RSC no es, ni debe ser una moda. Su integración a la organización debe ser sustancial y no colateral. Desde esa perspectiva no se trata de empaquetar el concepto para venderlo mejor, sino todo lo contrario. Dejar que el concepto impregne las políticas, los procesos, los procedimientos y como no: el márketing. Lee Clow, el publicista que realizó la presentación del Macintosh (1984) y del comercial más logrado de Apple (Piensa Diferente), relata la extraordinaria atención que Jobs prestaba a que la publicidad reflejara el alma de la compañía. «Tenemos que demostrar que Apple sigue viva y que representa unos valores especiales» clamó Jobs.

La RSC y el márketing, como otros asuntos empresariales, poseen una base ética. Los CEOs tendrán que optar entre opciones que bien puede resumirse en un debate histórico ocurrido entre dos pensadores en París. Sartre opino: “Todos los medios son buenos cuando son eficaces”. Camus respondió: “Son los medios los que deben justificar el fin”. Sin ánimo de ser maniqueo, estoy más cerca de la postura de Camus. Finalmente de eso trata la ética en una empresa: de lograr el fin con los mejores medios.

27 octubre, 2013

Cuando la RSC es asunto del publicista

El día que el CEO, Director, o como se llame el gran jefe manda “vender bien” la RSC sin entender que implica, como si se tratase de envolver pescado con papel fino, y le endilga la tarea al publicista: es el principio del fin. Significa que ha entendido poco del concepto, y de sus beneficios. El gran jefe solo está visualizando la RSC como un elemento de imagen. Incorporado el concepto casi a regañadientes puertas adentro, para presumir hacia fuera de poseerlo. Considera que con aprobar la elaboración de un informe y nombrar a alguien para que se encargue “de eso” ya esta todo dicho y hecho.

Las empresas que presumen de tener la RSC, sin tenerla, hacen un flaco favor a las que sí les interesa de verdad y están trabajando con seriedad en implementarla. Lo poco, o lo mucho de bueno que puede contener la Responsabilidad Social Corporativa puede quedar desprestigiada por los falsos profetas. El descrédito puede ser doble: internamente entre empleados y accionistas, y externamente a vista de los compradores. Esta situación me recuerda cuando se introducía la calidad (TQM o ISO) y algunas empresas creían en ella, pero la gran mayoría apostaba a una cuestión de imagen o publicidad; o lo hacían solo porque los grandes compradores lo exigían. Pocos lo hicieron bien. Pocos llegaron, llegan, a ver sus múltiples y reales beneficios. 

A principios de este mes asistí en Madrid a un encuentro empresarial sobre Innovación y Desafíos de la RSC y Desarrollo Sostenible. Tenía expectativas porque el título y los ponentes parecían interesantes. Lamentablemente terminó convirtiéndose en un evento de esos donde todos juegan a palmearse las espaldas mutuamente; y donde discrepar o pedir más esta mal visto. Asistí con una colega que terminó marchándose a media jornada. Su razón fue contundente: “para ver publicidad ya tengo la TV. No necesito estar sentada toda la mañana”. Suena duro, pero no podría contradecirla.

De los tres ponentes, solo uno parecía estar encaminado y ciertamente era el más modesto. Las otras dos representantes, que alardeaban de sus programas de RSC y Desarrollo Sostenible, parecían confundir el conversatorio con una presentación de un producto, donde todo se reduce a brindar con champagne y presentar el video corporativo. Por cierto es lo que hicieron los tres: presentar videos donde los conceptos de RSC o Desarollo Sostenible entraban con calzador. Para poner un solo ejemplo: una de las ponentes, Directora de Sostenibilidad de un conocido banco, se paso media hora hablando del fabuloso programa de la huella de carbono en sus oficinas. Digo yo: ¿no será más propio de una empresa industrial? Ni una palabra de que lo que estaban haciendo con sus empleados, proveedores o clientes.

Creo que es totalmente legítimo vender cualquier mejora de una empresa, como puede ser la implementación de la RSC. No solo legítimo, sino necesario. Pero también considero que no debe ser lo primordial de cualquier mejora, sino la guinda del pastel. Lo contrario se convierte en un bluf, en un castillo de naipes creado por ilusionistas. Después de todo, ¿mejorar la relación con los stakeholders no es ya un gran logro? Un mejor entendimiento con los empleados, accionistas, clientes, proveedores y sociedad en general son objetivos muy deseables para cualquier organización... más allá de la “venta” de dichas mejoras.