La energía
eólica ha sido la mayor fuente de electricidad durante todo un año para una
nación. Y se ha logrado en España, el 2013. Un hito histórico y mundial; una
noticia trascendental que no ha merecido la suficiente atención de la prensa
local e internacional. Según datos de Red Eléctrica de España la eólica ha
suministrado el 20,9% de la demanda eléctrica total, superando a la nuclear
(20,8%). Los que sí han destacado este hecho han sido los directivos de la Asociación
Empresarial Eólica (AEE).
Los
detractores de las energías renovables –básicamente lobbies que defienden
intereses de algunas transnacionales nucleares y petroleras- deben estar
preocupados por este avance. Los datos contundentes que cada año nos traen las
energías “verdes” confirman su innegable capacidad para generar electricidad
más barata y segura. Ya Thomas
Becker -consejero delegado de la Asociación Europea de Energía Eólica
(EWEA)- advirtió a mediados del año pasado: “La industria eólica es casi tan
competitiva como la convencional. Le está arrebatando cuota de mercado a los
combustibles fósiles”.
La
excelente noticia parece un gancho al mentón de las diez mayores
empresas energéticas europeas -entre ellos Iberdrola y Gas Natural Fenosa de
España- que en octubre pasado se quejaron al gobierno europeo de Bruselas: “El aumento de la producción de
renovables está actualmente expulsando del mercado otras tecnologías” lamentó
Rafael Villaseca, consejero delegado de Gas Natural Fenosa. Y el presidente de
la empresa GDF-Suez, Gérard Mestrallet, se atrevió a solicitar: “pedimos
incluso detener o reducir dramáticamente los subsidios a las renovables”.
Las
afirmaciones de las diez corporaciones son totalmente opuestas a las de Thomas
Becker (EWEA): “La Agencia Internacional de la Energía tiene cifras que dicen
que las energías fósil y nuclear reciben hasta seis veces más ayudas que las
renovables en forma de rebajas fiscales e incentivos. Además, están los gastos
que no se incluyen en la factura, como el daño al medio ambiente”. En la misma
línea la AEE, donde paradójicamente también participa Iberdrola, opina que el
sector eólico está sumamente perjudicado frente a las otras energías. “¿Cómo se
explica que el sector eólico, primera fuente de energía autóctona de España, y
que aporta el 20% de nuestra electricidad sea el más perjudicado? se preguntó López-Tafall, presidente de AEE.
Entendemos
que las corporaciones que protestaron por el apoyo a las energías renovables se
vean amenazadas y quieran explotar al máximo sus antiguas infraestructuras y su
capacidad instalada. Legalmente tienen derecho a intentarlo. Pero el coste
económico y social está resultando demasiado alto. En el camino están
perjudicando la economía de millones de hogares; contaminando y degradando el
medioambiente. Por el contrario, y según la AEE, la energía eólica cubre las
necesidades de electricidad de 10 millones de familias españolas. “Cada Kwh.
producido con energía eólica tiene 21 veces menos impacto medioambiental que el
producido por el petróleo, 10 veces menos que el de la energía nuclear y 5
veces menos que el gas”.
Y por si
fueran pocas las razones para apoyar a las renovables, se da el caso que en
España las empresas de energía no están cumpliendo un rol social, todo lo
contrario. Solo el 2013 subieron las facturas cerca al 4%; pero ya entre el año
2006 y el 2011 las tarifas eléctricas se habían incrementado cerca al 70%, la
subida más alta de la Unión Europea. El actual ministro de Industria, Turismo y
Energía, José
Manuel Soria, admite la incapacidad del gobierno para enfrentarse a esta
situación: “Las empresas que actúan, los operadores, suelen ser juez y parte...
El sector de la energía eléctrica es, si me permiten la expresión,
endiabladamente complicado por una superposición de normativas de todos los
Gobiernos”.
Thomas
Becker de la EWEA opina: “España era un país que antes dependía mucho de las
importaciones energéticas y su gobierno tomó la decisión de romper con esas
dependencias a través de las energías renovables. Y ha sido un éxito
espectacular... Y por eso es extraño ver cómo el actual Gobierno, por razones
ideológicas, intenta acabar con ese proyecto, es incomprensible". De
acuerdo: los cambios deben ser progresivos, mediante mecanismos de transición.
De acuerdo: debe existir una coordinación con todos los sectores involucrados.
Pero, lo que no se debe hacer es retroceder los avances realizados, arrinconar
a las energías renovables y favorecer a las que ya están en período de
obsolescencia.
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