“Letra muerta”
es una metáfora que expresa muy bien los acuerdos incumplidos; los esfuerzos y
recursos que agonizan en papeles. La enorme expectativa que genera un pacto cuando
se firma se transmuta en decepción, si este se incumple. Por eso entiendo la
precaución de la comunidad internacional con el último acuerdo sobre el cambio
climático firmado por China y EE.UU en la cumbre Asia-Pacífico, realizada la semana
pasada en Pekín.
En la
gestión del cambio climático –y del medioambiente en general- los ciudadanos
hemos sido testigos de foros ampulosos; de maratónicas negociaciones entre
gobiernos. Nos han informado de la actuación de los lobbies y los activistas;
de sus enfrentamientos dialécticos, y a veces callejeros. Hemos visto decepciones
y aplausos… pero sobre todo hemos asistido al incumplimiento reiterado de los objetivos
mínimos fijados por los gobiernos y las corporaciones.
Las excusas
para incumplir los pactos son casi siempre las mismas: coyuntura económica; prioridades en las inversiones; plazos más
condescendientes para la adecuación de la industria… etc. Seguramente estos
argumentos son certeros, pero tanto como la falta de voluntad política. Aun se
sigue enfocando el cuidado del medioambiente como un gasto y no como inversión;
como un problema de las regiones más pobres… o como una tarea para las futuras generaciones.
No se puede
actuar más como el avestruz ante semejante reto. El problema medioambiental ya
no está confinada a la Patagonia argentina o los desiertos del Sáhara. Ya no
afecta solo a las mariposas Monarca o los linces Ibéricos. Se ha instalado en todas
las regiones del planeta, y afecta a millones de ciudadanos, en grandes
ciudades como Pekín, Madrid o Lima. No
es más un problema para el 2050, ni siquiera para el 2030. Es un problema para resolver
lo más pronto posible.
Este mes de
noviembre un nuevo informe de la ONU, dado a conocer en Copenhague, destacó
la clara y creciente influencia del ser humano sobre el cambio climático, y
advirtió que de no tomarse medidas: “su impacto será cada vez más grave e
irreversible”. También este año la OMS
informó que más de la mitad de la población urbana mundial está expuesta
a niveles de contaminantes 2,5 veces mayor que los recomendados por ese
organismo. Advirtió: “Sus habitantes están expuestas al riesgo de contraer
enfermedades respiratorias y otros problemas graves de salud a largo plazo”.
El Perú, el próximo mes de diciembre,
será anfitrión de la Vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP
20), que constituye
actualmente el evento más importante del mundo sobre cambio climático. Esperemos
que esta vez los acuerdos que se alcancen, no solo se firmen, no solo se plasmen
en sendos documentos y hermosos vídeos, sino que se cumplan y se controlen; que
alguna vez los compromisos sean serios y vinculantes… por el bien de todos.
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