Hasta ahora no se había dado en España una
amenaza de estas características. Sí en otros países donde la libertad de expresión y los derechos civiles están más
arrinconados. Un gigante de las telecomunicaciones ha enjuiciado a un ciudadano
por sus opiniones en un blog, y solicitado su encarcelamiento más 3,7 millones
de euros como indemnización. Telecinco, la empresa demandante, acusa al
bloguero de promover una campaña en contra de un programa de TV –La Noria-
y sus empresas patrocinadoras. El “Caso Telecinco” y su resolución, se ha
convertido en uno de los más interesantes episodios de la Responsabilidad
Social: corporativa y ciudadana.
Pablo Herreros, el periodista y bloguero que
inició la campaña
partía de una idea básica y concreta: «Pagar a un criminal, o a un familiar
suyo, por hablar en la televisión del delito me parece una monstruosidad [...]
una de las perversiones de valores más indeseables para nuestra sociedad» Asi
Herreros iniciaba una serie de notas públicas y cartas de reclamo a Telecinco, donde se emitía La Noria. Al no encontrar respuesta a su petición
y como medida de presión optó por publicar la
lista de los anunciantes del aludido programa, entre los que se encontraban
conocidas corporaciones y la empresa estatal RENFE.
La iniciativa del periodista fue avalada por
miles de ciudadanos, y las empresas fueron retirando la publicidad de dicho
programa hasta su desaparición. Según el bloguero: «Las marcas respondieron de
forma muy responsable; las acciones de Telecinco cayeron un 25% en la Bolsa
durante la crisis; desapareció el cheque en blanco de las marcas a
las cadenas en su compra de publicidad, y las televisiones aprendieron a
escuchar a la gente que opina de sus productos en redes sociales». Según Paolo
Vasile, consejero delegado de Mediaset (empresa propietaria de Telecinco) la
iniciativa era: «Una injusticia poco común que fue organizada como si mañana
los hackers atacan el Pentágono». Telecinco demandó al bloguero. Sin embargo,
debido al inmenso apoyo ciudadano que tuvo Herreros, tanto en
las redes digitales y webs -como change.org donde firmaron 170.319 personas- como en las notas que publicó el diario El País, Telecinco retiró la demanda en poco menos de una semana para
evitar mayores daños.
Lo que parece desproporcionado es en primer
lugar la abismal diferencia de medios económicos y recursos mediáticos entre el
coloso Mediaset y un ciudadano con una página web. El segundo aspecto
cuestionable es la magnitud de la pena solicitada, incluyendo cárcel, por un
derecho reconocido en la legislación española como es la libertad de expresión
y de opinión. El tercer agravante en la denuncia de Telecinco es su evidente
afán “ejemplarizador”; su pretensión de dar un escarmiento. El gran despliegue
que dio al juicio el diario El País
no parece casual. El Grupo Prisa -socio de Mediaset España con el 17,34 % de
acciones de la empresa- publicó durante 3 días consecutivos noticias vinculadas
a la demanda en su primera plana, apodando a Herreros “el boicoteador”. Algunos lectores objetaron a El
País el titular tendencioso al calificar de boicoteador, cercano a saboteador, a un periodista que solo había promovido una
campaña ética.
Telecinco alegaba que se había atentado contra
sus intereses empresariales. Según esta lógica cualquier huelga tendría el
mismo efecto. Quizás los directivos de Mediaset desearían su ilegalización, en
la línea que se ha manifestado Esperanza Aguirre (alto cargo del actual partido
gobernante). Otra imputación que se le hizo al bloguero fue que boicoteó a una
empresa. El boicot, en cualquier caso no es una práctica ilegal en
España. Los dos partidos políticos más importantes también han realizado
boicots a medios de comunicación, y le han llamado “vetos”. El PSOE en febrero
del 2007 boicoteó
las entrevistas a Telemadrid por la “manipulación informativa” practicada por
dicha cadena. Y, en marzo del 2007, el PP anunció un boicot
al Grupo Prisa, y se negó a atender
«todas las convocatorias de entrevistas, tertulias y programas» controladas por
su entonces presidente, Jesús de Polanco, al no estar de acuerdo con unas
declaraciones políticas realizadas por el empresario.
“Mediaset España está formada por un conjunto
de empresas dedicadas al desarrollo de negocios vinculados con el sector
audiovisual” declara el grupo ítalo-hispano en su página web: Efectivamente,
basta ver su Directorio para comprender el enorme entramado financiero y
empresarial que está detrás. Alejandro Echevarría, actual presidente de
Mediaset España es también consejero de Consulnor y Endesa. Consulnor es una gestora
de patrimonios cuyos accionistas principales pertenecen a la Banca March.
Endesa es, como se sabe, una de las mayores empresas eléctricas del mundo y la
principal multinacional privada de Latinoamérica. Manuel Polanco Moreno, además
de Vicepresidente el Consejo de Administración de Mediaset, es consejero de la
comisión ejecutiva del Grupo Prisa (editora de El País). Pier Berlusconi
-otro consejero de Mediaset- es hijo de Silvio Berlusconi, accionista principal de Mediaset condenado recientemente en Italia a 4 años de prisión, e inhabilitado
para cargos públicos por un delito de fraude fiscal.
Mediaset España, en su informe de
Responsabilidad Social Corporativa, declara que: «Se mantiene en los primeros
puestos de gobierno corporativo del Ibex 35 según el Observatorio de
Responsabilidad Social Corporativa». También se jacta de que permanecer “En la
Lista de Empresas elegibles para invertir de forma socialmente responsable
elaborada por Triodos Bank». Asegura que: “Mediaset España refleja su compromiso
con la emisión de contenidos televisivos responsables a través del cumplimiento
del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia para el
fomento de contenidos responsables y el respeto y protección a los derechos de
niños y adolescentes” Telecinco, paradójicamente, es conocido por sus
contenidos escandalosos y
controversiales. El informe de Responsabilidad Social Corporativa de Telecinco
está avalado por la consultora Pricewaterhouse Coopers International Limited
(PwCIL).
Los anunciantes de Telecinco han emitido una carta pública donde se defienden: «Planificamos nuestras campañas publicitarias según la audiencia de cada cadena, de forma totalmente independiente de la línea editorial y actividades empresariales y jurídicas de cualquier medio de comunicación». Lo que están diciendo con otras palabras es: No nos importa ni como ni donde, con tal de vender nuestro producto nos da igual el medio... Parece que a partir de ahora debería importar mucho más el medio. No solo eso, les sugiero ser los primeros en liderar las inquietudes éticas de la ciudadanía; estar un paso por delante y no dos por detrás, como parecen ir ahora.
Los anunciantes de Telecinco han emitido una carta pública donde se defienden: «Planificamos nuestras campañas publicitarias según la audiencia de cada cadena, de forma totalmente independiente de la línea editorial y actividades empresariales y jurídicas de cualquier medio de comunicación». Lo que están diciendo con otras palabras es: No nos importa ni como ni donde, con tal de vender nuestro producto nos da igual el medio... Parece que a partir de ahora debería importar mucho más el medio. No solo eso, les sugiero ser los primeros en liderar las inquietudes éticas de la ciudadanía; estar un paso por delante y no dos por detrás, como parecen ir ahora.
Como alguna vez tituló Eduardo Galeano a un libro suyo: EL MUNDO PATAS ARRIBA. ¿Ahora resulta que se denuncia a ciudadanos honestos?
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