22 enero, 2012

AGENCIAS DE RIESGOS: EL PULGAR DE DIOS

En los últimos meses los diarios más influyentes de España dedican su primera página a la prima de riesgo; la presentan como la nueva autoridad a reverenciar. Contribuyen a hacer cotidiano lo que es apenas un indicador financiero de inversionistas y especuladores. Cada semana leemos como una de las tres agencias de calificación de riesgos baja el dedo no solo a un país, sino también a un gobierno regional, una empresa o al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Cada semana ese dedo pulgar se cierne todopoderoso como si fuera “la mano de Dios”.

Las agencias son ante todo empresas privadas con ánimo de lucro. Esto tiene que quedar muy claro antes de entrar en otras consideraciones. Tienen accionistas, objetivos monetarios y todo el entramado que corresponde a una gran corporación. Aunque por el tratamiento de oráculos que reciben de la prensa y algunos gobernantes, parezcan otra cosa. No son foros democráticos. No son entidades concertadas que representen los diversos sectores sociales... ni mucho menos.

Standard & Poor's, Moody's y Fitch Ratings constituyen en la práctica un oligopolio que factura más del 90% de la actividad del sector. Las tres agencias pertenecen a grupos económicos más importantes. Fitch Ratings al holding FIMALAC; Moody's a Moody's Corporation y S&P a McGraw-Hill Companies. Sus ingresos económicos no son los de una oficina con 4 técnicos en New York, como les gusta presentarse. S&P y McGraw-Hill Financial facturaron ingresos por 2900 millones de dólares en 2010. Moody's reportó ingresos de unos $ 2000 el mismo año; y en el período fiscal 2010-11 Fitch Group (central de Fitch Ratings) registró ingresos de € 545 millones de dólares. 

“S&P, junto con otras agencias de calificación hermanas, jugó un papel importante en la causa de esa crisis (2008), ya que otorgó calificaciones AAA a activos respaldados por hipotecas que desde entonces se han convertido en residuos tóxicos... S&P es tristemente famosa por haber dado a Lehman Brothers -cuyo colapso provocó un pánico mundial- una calificación A hasta el mismo mes de su defunción... En términos más generales, las agencias de calificación nunca nos han dado ninguna razón para tomarnos en serio su opinión... son los últimos de quienes debemos fiarnos” afirma el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, en un artículo publicado por The New York Times (07.08.2011).

Las conexiones de las agencias –teóricamente neutrales- con los inversionistas no son indirectas o solapadas. Por ejemplo: uno de los mayores accionistas de Moody´s Corporation es el conocido especulador financiero Warren Buffet, quién a través de su empresa Berkshire Hathaway forma parte de los mayores accionistas de esa agencia. Las prácticas empresariales de Moody´s son por decirlo mesuradamente: dudosas. El año 2004 el diario Washington Post denunció que el grupo alemán Hannover Re, recibió de Moody´s durante años evaluaciones no solicitadas, con una amable carta que decía que en algún momento debían pagar por ellas. Hannover Re, no lo hizo. Entonces Moody´s fue paulatinamente rebajando la calificación de la empresa hasta la categoría “basura”. Accionistas en todo el mundo alarmados por esa rebaja hicieron perder a Hannover Re unos $ 175 millones en pocas horas.

Si todo lo anterior es cierto, ¿porqué los políticos y periódicos más influyentes siguen tratando a estas agencias como vacas sagradas? ¿Porqué sus veredictos son acatados como si fueran los mandamientos de Moisés? No es por ignorancia desde luego; hay otros intereses sin duda. Acuerdos bajo la mesa; usos según la conveniencia, como en el caso de los políticos que cambian de parecer al son de sus intereses. Cuando no gobiernan usan a estas agencias para restar méritos a sus adversarios y cuando están en el poder descalifican a esas mismas empresas. A raíz de la rebaja generalizada a 9 países de la euro zona ocurrida el 13 de este mes, un portavoz del gobierno francés dijo: "Esto nos pasa por no haber puesto en su sitio a las agencias en 2009" (El País, 14.01.2011). El presidente francés Sarkozy declaró: "no tengo intención de tener en cuenta lo que dicen”.

Claro que esas declaraciones, hechas ahora, son más que cínicas; son perversas. Las hacen después que han derogado derechos sociales a ciudadanos franceses y españoles; después que han eliminado leyes de protección a millones de europeos, con la excusa de contentar a esas agencias que hoy ningunean. El comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, declaró. "Hay que recordar que las agencias de calificación no son ningún arbitro imparcial o desinteresado. Su labor obedece a intereses específicos... Alguien obtendrá cuantiosas ganancias". Gran descubrimiento del señor Rehn, no querrá aplausos. No después que junto a sus colegas Merkel, Sarkozy y Van Rompuy –y hace pocas semanas atrás- conminaban a los países europeos más débiles a adoptar medidas para agradar a esas agencias.

1 comentario:

  1. Enhorabuena Rogelio, aquí Javi de Madrid, de sobra me conoces, muy acertado tu análisis y exposición acerca de estos desinteresados "terroristas" financieros a los que bailamos el agua a diario en los medios de comunicación.

    Un abrazo

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