20 agosto, 2011

Tirar la piedra y esconder la mano

El diputado belga Tanguy Veys dijo que se sintió muy sorprendido al encontrar en su correo electrónico textos xenófobos y tremendistas enviados por Breivik, el ultra derechista noruego que atacó a sus conciudadanos y gobierno. «No lo conocía» declaró el diputado. Quizás no personalmente, pero el político no asume, o más bien no quiere asumir, que su ideología y los planteamientos de su partido Vlaams Belang son muy similares a los de Breivik; que lo único que los ha separado esta vez es la acción violenta e ilegal del noruego, nada más.

A Breivik algún medio escandaloso lo ha calificado de “monstruo”. Pero él era hasta hace poco un ciudadano respetado y respetuoso. El periodista noruego Peter Svaar –que conoció a Breivik y fue su amigo en el colegio- dice de él: «Básicamente no era alguien muy fuera de lo común. No sé lo que llevó a hacer eso. Pero, lamentablemente, no creo que esté loco. Más bien es frío, inteligente y calculador. No era una isla... era uno de nosotros». BBC Mundo 31.07.2011.

Algunos políticos y líderes europeos en su afán por ganar votos o simplemente porque así son sus postulados, lanzan ideas incendiarias y promueven actitudes antagónicas sin ser concientes que en algún lugar alguien cogerá el guante y empuñará algo. Espolean irresponsablemente a sus grupos afines. Luego, cuando ocurren sucesos desagradables, evaden la responsabilidad que les toca. 

Por coincidencia y al otro lado del Atlántico, el presidente de Venezuela Hugo Chávez parece meditar mejor sus discursos (ya era hora), y ha dado un giro a su retórica. Ahora dice que ya no sirve el lema "patria socialista o muerte" que él mismo promovió entre sus seguidores. «Propongo otros lemas, porque aquí no hay muerte, aquí hay vida... Tenemos que reflexionar e introducir cambios en nuestro discurso y nuestras acciones» afirmó. BBC Mundo, 30.07.2011.

Si empezáramos a tirar del hilo veríamos que detrás de algunos grupos políticos hay empresas que los apoyan y financian. Con la tecnología actual, cualquier ciudadano puede informarse sobre esas actuaciones mas o menos silenciosas de las corporaciones. Puede indagar sobre sus donaciones, sus cercanías políticas. Puede premiar, o no, a determinada organización la próxima vez que vaya de compras a un supermercado o contrate un servicio. El ciudadano informado, definitivamente puede influir mucho en el comportamiento de las empresas y los políticos, a través de actos simples y cotidianos.

07 agosto, 2011

La fábrica de noticias inmundas

Tras el escándalo y cierre del periódico británico News of the World, tras el infame “sorry” del magnate y propietario Rupert Murdoch... toca la reflexión. ¿Cómo se ha llegado hasta ese extremo? ¿Qué hacer para que no vuelva a ocurrir? ¿Cuál es el papel de los gobiernos y los ciudadanos en toda esta historia?

"Creo que es algo insano tanto poder en manos de una sola persona, deriva en abusos... es francamente peligroso", ha declarado el líder laborista Ed Miliband en una entrevista concedida a The Observer. Gordon Brown -ex primer ministro del Reino Unido- ha calificado de "asquerosos" los métodos de The Sun, otro diario del magnate Rupert Murdoch. Miliban y Brown han apuntado bien, y si hubieran afinado más la puntería tendrían que haber hablado del holding que los agrupa: News Corporation.

News Corporation es una transnacional que aglomera empresas periodísticas y de entretenimiento como: Fox Televisión, 20th Century Fox, los diarios The New Yor Post y The Wall Street Journal. En su actual directorio cuenta con políticos como José María Aznar –Ex presidente de España y actual Presidente de Honor del PP- y pesos pesados de las finanzas como Andrew Knight -Presidente del Grupo J. Rothschild- y Rod Eddington, alto funcionario de la corporación JP Morgan. Estas son informaciones conocidas y públicas. Las desconocidas parecen ser menos honorables.

Las trasgresiones éticas y legales de News of the World no son simples faltas menores, “fallos humanos”. Van desde sistemáticas intervenciones ilegales a líneas telefónicas hasta pagos a oficiales corruptos de la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard). Incluso, y para complicar más la trama, el periodista Sean Hoare, que declaró que los editores del News of the World conocían perfectamente estas actuaciones, ha sido hallado muerto sin que hasta la fecha se sepan las causas.

Decía Thoreau, a mediados del siglo XIX: «El periodico es la biblia que leemos cada mañana y cada tarde, de pie y sentados, en coche o caminando. Está en todas las mesas y los mostradores... Así de amplia es su influencia. El editor es un predicador al que mantenéis voluntariamente... Una persona a la que aprecio me dijo que había comprado el Citizen de Mitchell en el tranvía y luego lo había tirado por la ventana. Pero, ¿No habría expresado su desprecio con más firmeza si no lo hubiera comprado?».

Los medios de News Corporation han sido denunciadas reiteradas veces por sus prácticas engañosas e ilegales... pero las autoridades han mirado para otro lado. Cuando un presidente de una nación, tras dejar su cargo, se convierte en un asalariado de una empresa con múltiples inversiones e intereses económicos que alcanzan a su propio país, vamos entendiendo el porqué. Pero, también los ciudadanos premian a este tipo de empresas, comprando sus diarios y leyéndolo todos los días. Thoreua tenía razón en algo: en vez de solo despotricar, de censurar este tipo de prensa, deberíamos empezar por una acción simple y efectiva. No comprar más, no fiarnos de medios de comunicación indignos, que cometen no solo faltas éticas, sino serios delitos.