28 septiembre, 2009

CRISIS Y COLAPSO EN LA COMPAÑÍA

A principios de este año Adolf Merckle se arrojó ante un tren y acabó con su vida agobiado por un serio problema financiero. ¿Qué es lo raro -podría preguntar alguien- si hay suicidios todos los días y en todas partes? Lo paradójico del caso, es que se trataba de un multimillonario alemán poseedor de una de las cien mayores fortunas del mundo, según informa la revista Forbes el año 2008. Un perfil que no cuadra con la categoría de los mal llamados “losers” destinados a ser números en frías estadísticas.

El empresario era propietario de la constructora Heidelberg Cement y de la fábrica de medicamentos genéricos Ratiopharm. También poseía otras empresas que en total dan trabajo a cerca de 100 mil personas. El detonante de su decisión habría sido la pérdida de € 400 millones en una sola operación con títulos de Volkswagen. Pero, cabría formular otra simple pregunta. ¿Que significan € 400 millones frente a un patrimonio estimado en unos 7.000 millones de euros?

Este mes una noticia procedente de Francia nos vuelve a sorprender. Desde principios del 2008 se han suicidado 23 trabajadores de una sola empresa: FRANCE TELECOM. Estos sucesos han sido tan graves que la ministra de Economía y el ministro de Trabajo del gobierno francés han intervenido personalmente. Y era lo mínimo porque los lamentables suicidios no son el resultado aleatorio de un cruel coincidencia. Según Pierre Gojat, secretario general del Observatorio de Estrés y Traslados Forzados de France Télécom, “En muchos de estos suicidios se cuestiona el trabajo; ya sea en una carta, un testimonio o a un familiar cercano”. Diario BBC, 10.09.2009.

El producto, el servicio; la misión y la visión; el marketing y el benchmarking. Todo, absolutamente todo en una organización empieza y acaba en la persona. Pero, entre tantas etiquetas; tantos números y técnicas, se ha olvidado este hecho fundamental. “Gestión por Procesos”, “Gestión por Objetivos”, “Gestión por Resultados”, “Gestión por Valores”. Hasta hoy no ha existido una “Gestión por Personas”, ni siquiera como una moda creada por algún gurú empresarial.

Repensar los esquemas laborales es una tarea esencial, impostergable; más allá de sendas declaraciones o hermosas palabras. Que las personas se quiten la vida (algunas en su propio puesto de trabajo) no debería quedar en una noticia lamentable. Debería ser motivo para una seria reflexión sobre sus causas y los cambios necesarios a la trepidante actividad laboral. Es reprobable que la administración de France Telecom aborde el asunto como si fuera un asunto de ratios. Recientemente negaron que exista un incremento de suicidios. Alegaron que el año 2000 ya hubieron 28 casos; casi orgullosos de que en el periodo actual solo existan 23.

05 septiembre, 2009

PFIZER: El alto precio de la irresponsabilidad corporativa

Pfizer aceptó pagar 2.300 millones de dólares para compensar los daños derivados de su actuación comercial: $ 1.300 para cerrar el expediente penal y $ 1.000 para la parte civil. En la operación juzgada la empresa propasó los linderos de la ética y “pisoteó” el terreno legal, al promocionar productos farmacéuticos sabiendo que ponía en riesgo la salud de miles de ciudadanos. En todo caso, se trata de la mayor multa histórica por comercializar de manera irregular medicamentos bajo prescripción médica, según informa el diario BBC.

John Kopchinksi -veterano de la guerra del Golfo y ex agente de ventas de Pfizer- decidió enfrentarse con pruebas concluyentes a la corporación farmacéutica y denunciar esas prácticas ilegales. El ex vendedor afirmó que Pfizer promocionó el anti inflamatorio Bextra para varios usos y dosis que la FDA (Food and Drug Administration) había rehusado validar, debido a sus riesgos”. Al mismo tiempo, Kopchinksi reflexionó sobre su actuación personal: “En el ejército se esperaba de mí que protegiera a la gente a como diera lugar. En Pfizer se esperaba de mí que aumentara las ganancias a como diera lugar, incluso cuando las ventas estaban poniendo vidas en peligro. Y no pude hacerlo".

No es la primera vez que la compañía farmacéutica “tropieza” de esta manera. La práctica sancionada esta vez no parece ser el descuido de algún ejecutivo deshonesto…y eso es preocupante; el historial de la multinacional.

Nigeria, 1996. Pfizer realizó un ensayo clínico con un antibiótico (Trovan) durante una epidemia de meningitis. Los médicos enviados por la farmacéutica captaron a 200 niños y prometieron a sus familias que los curarían. Como resultado de esta operación 11 de ellos murieron y muchos más sufrieron efectos secundarios graves, incluidos daños cerebrales. La empresa entonces desmontó su campamento y se retiró dos semanas después de arribar a la zona, sin ofrecer mayor información. Uno de los investigadores que participó en la misión denunció los hechos -mediante una carta firmada- ante el máximo directivo de la farmacéutica. Al día siguiente, el empleado fue despedido y Pfizer alegó que la medida no tenía relación con la misiva.

Las autoridades de Kano (ciudad del norte de Nigeria donde sucedieron las muertes) iniciaron una demanda judicial (civil y penal) contra la farmacéutica por US$ 2.000 millones, y el gobierno federal hizo lo mismo por otros US$ 6.500, alegando que Pfizer no obtuvo la aprobación adecuada para realizar el ensayo, y que engañó a los padres. La empresa negó todos los cargos, mientras iniciaba conversaciones para solucionar esas demandas. Finalmente, el acuerdo extra-judicial se estanco por los desacuerdos acerca de las responsabilidades y compensaciones. El presidente de la asociación de familiares de víctimas de Kano, Alhaji Maisikeli, consideró la oferta insuficiente: “Es vergonzoso y humillante como la misma empresa puede ofrecer US$ 21 millones para pagar los honorarios legales y compensar pobremente con US$ 10 a las 200 víctimas en Nigeria”. En abril del 2009, el diario The Independet informó de un posible acuerdo final; pero éste no fue posteriormente confirmado.

España, 2005. La farmacéutica india Ranbaxy y la alemana Ratiopharm, dos de las mayores productoras de medicamentos genéricos, llevaron a Pfizer ante los tribunales españoles por un conflicto sobre los derechos de venta exclusiva sobre el fármaco atorvastatina, que Pfizer comercializaba en exclusividad. Finalmente los juzgados fallaron a favor de respetar los derechos de exclusividad hasta el año 2010.

Es importante resaltar que estamos hablando de la mayor empresa farmacéutica del mundo. Para poner un ejemplo, y según informa la propia empresa: “uno de cada cuatro españoles es tratado con medicina marca Pfizer”. Hay que recordar también que la firma produce el medicamento Lipitor (Zarator o Cardyl) que es el más vendido del mundo. Solo en el año 2004 Pfizer facturó por este fármaco 10.862 millones de dólares. También produce Celsentri usado en el tratamiento del VIH o el famoso Viagra. La corporación norteamericana ciertamente ha desarrollado algunas obras de acción social; y ciertamente su actuación difiere de una región a otra, en los más de 180 países en los que opera. Pero, como decían los abuelos, “borra con el codo lo que escribe con la mano”… y según parece, tiene un codo torpe.